Kit Recursos Start Ups
PCUV
Menú portal

El Lean start-up

El Lean start-up
El Lean start-up

Identificada una oportunidad de negocio en un mercado, el Plan de empresa es una útil herramienta para diseñar el proceso de puesta en marcha de la iniciativa emprendedora capaz de explotar esa oportunidad.

Veámoslo con un ejemplo sencillo. Un local bien situado dentro de un Centro comercial queda desocupado. Un emprendedor avispado sondea categorías de producto que no se están ofreciendo en ese Centro comercial, y analiza cómo podría ofrecerlas él. Reflexiona por ejemplo sobre cómo hacer atractiva la exposición del producto, sobre qué equipamiento necesita para ello, qué proveedores ofrecen ese equipamiento, qué condiciones le exigirán a la hora de adquirirlos, etc. Pide presupuestos, tantea precios de venta para sus productos, y todo ello lo va introduciendo en su Plan de empresa, calculando el umbral de rentabilidad (el volumen de ventas que necesita para que el negocio sea viable). Ahora tiene un dato tangible, orientativo, a partir del cual reflexionar. ¿Es un volumen de ventas realista (alcanzable)? Su conocimiento previo del mercado, o la investigación del mismo, le servirán para obtener una respuesta aproximada a esa pregunta. Con ello tendrá una estimación del riesgo que asume, y de las probabilidades de éxito con que cuenta.

El camino a seguir por un emprendedor tecnológico puede ser en muchos casos análogo al anterior. Pensemos por ejemplo en un emprendedor que plantea añadir determinada funcionalidad a un producto ya existente. El mercado ya existe y lo que el emprendedor pretende es hacerse con una parte de ese mercado mediante el lanzamiento de una versión mejorada del producto ya existente (a este tipo de innovación la denominamos continua o incremental). El Plan de empresa puede ayudar a calcular el sobrecoste que la mejora supone. La investigación de mercado por su parte puede dar a conocer cuántos potenciales clientes están interesados en la mejora, cuántos están dispuestos a pagar por ella y cuánto están dispuestos a pagar por ella. El cálculo del umbral de rentabilidad y la estimación de las futuras ventas ayudarán a decidir sobre la viabilidad de la idea (ver el Plan de empresa).

Si pronosticamos que la idea es viable, lo usual es pasar a la fase de búsqueda de los recursos que el Plan de empresa dice son necesarios para poner en marcha el proyecto, para explotar la oportunidad. Una vez obtenidos esos recursos, pondremos en marcha el Plan diseñado, normalmente mediante la constitución previa de la empresa encargada de acometer el Plan.

La confección del Plan le sirve así al emprendedor, entre otras cosas, para conocer el mercado en el que va a operar. No queremos decir con ello que la elaboración del Plan de empresa acabe con toda la incertidumbre sobre la viabilidad del proyecto. La incertidumbre sigue existiendo, pero con un alcance limitado. El mercado existe, se conoce o se puede conocer en mayor o menor medida. Podemos aproximarnos a él e investigarlo.

Gran parte de los proyectos acometidos por emprendedores se pueden encuadrar en la misma tipología que los dos comentados. Las innovaciones de mayor calado (radicales) suponen sin embargo una tipología sustancialmente diferente y requieren metodologías más actuales. Conócelas accediendo gratuitamente al kit completo en  ver on line o solicítalo en contacto.