Usa el mercado primitivo para empezar a testar tu propuesta de valor.
Busca adoptadores tempranos, visionarios que te acompañen como inversores o socios en la conversión de tu idea en un verdadero producto.
Trabaja para disipar toda la incertidumbre que pesa sobre tu oferta; hasta que no lo hagas el pragmático mercado masivo no empezará a comprarte.
Comienza para ello por dar robustez a tu producto, facilitar su uso, mejorar sus prestaciones y añadir los elementos complementarios que faltan para dar una solución completa a tus clientes.
Ten en cuenta que en los mercados creados por la innovación radical, difícilmente vas a estar sólo.
Encuentra con urgencia (antes de que lo hagan tus competidores) un diseño que pueda convertirse en diseño dominante (sencillo, eficaz y que atienda las principales necesidades y deseos del cliente).
Una vez establecido el diseño dominante, lidera mediante innovación incremental el proceso de optimización de la producción y la reducción de costes.
Aprovecha los efectos de red y el time to market para ganar la batalla por el nuevo mercado. Desarrolla para ello tus habilidades de gestión de los procesos a desarrollar en la empresa y tus habilidades de comercialización.
Analiza en qué actividades puedes hacer jugar economías de escala y alcance para reducir costes. Delega las demás, siempre que no sean actividades clave.
La esencia de la estrategia de tu start-up puede quedar definida por el modelo de negocio.
Desarrolla habilidades distintivas que den soporte a tu propuesta de valor. Sólo así darán lugar a ventajas competitivas sostenibles.
Las habilidades distintivas se refuerzan entre sí, conviene por ello añadir a las relativas a la tecnología otras en el plano de la venta, la gestión del talento y la administración.
Dedica esfuerzo a buscar un buen modelo de negocio.
Un modelo de negocio innovador puede implicar más riesgo que copiar uno, pero podría dar lugar también a beneficios mucho más jugosos.
Define tu posicionamiento (cómo quieres ser percibido), tu identidad corporativa (conjunto de símbolos y demás elementos gráficos) y tu personalidad pública (códigos a respetar por todos los que emiten mensajes sobre la start-up).
Escoge los medios de comunicación en función de a quién quieres llegar, qué capacidad tiene el medio para transmitir tu mensaje y, finalmente, en función del coste del medio para llegar a cada destinatario de tu público objetivo.
Explora la utilidad que pueden tener, para tu empresa y productos, los medios que se han mostrado útiles para otras startups: la presencia en eventos especializados, la venta personal, la relación con los medios informativos, la aparición en Internet y redes sociales,...
Planifica convenientemente los procesos de internacionalización.
Decide qué países puedes abordar en función de su distancia, sus barreras a la entrada, sus preferencias en lo relativo a tu producto o servicio, etc.
Escoge la forma de entrada en función del nivel de control que necesitas y de los recursos de que dispones para abordar la internacionalización.
La planificación debe servirte para escalonar el proceso de manera que puedas abordar cada paso.
Una estrategia basada en la innovación y la especialización puede ofrecerte la posibilidad de abordar el mercado global, convirtiendo tu start-up en una empresa nacida global (born global).
El Plan de empresa resulta útil para analizar la viabilidad técnica, comercial, económica y financiera de una iniciativa emprendedora.
En el caso de nuevas empresas basadas en innovaciones de carácter radical el Plan de empresa puede no ser la herramienta más adecuada, y será preferible recurrir a otras metodologías como el Lean start-up o la Lógica effectual.
Una vez tomada la decisión de poner en marcha la iniciativa emprendedora, el Plan de empresa servirá de guía para la puesta en marcha, ahorrando costes y reduciendo plazos.
El Plan de empresa servirá también como instrumento de comunicación que asegure la coordinación entre los implicados y con colaboradores externos de los que queremos obtener recursos de todo tipo.
La redacción del Plan de empresa se optimizará mediante revisiones iterativas, aunque su guión suele presentar un índice secuencial compuesto de una Presentación y Resumen ejecutivo, el Plan de marketing, el Plan de operaciones, el Plan económico-financiero y los aspectos jurídicos, todo ello seguido de Anexos que amplíen algunos de los apartados.
Pon en marcha cuanto antes un proceso que te permita aprender todo lo que necesitas saber sobre el cliente.
Establece las cuestiones principales sobre tu oferta que te gustaría chequear, y define un producto mínimo viable que te permita contestar a esas cuestiones.
No trates de ofrecer un producto demasiado completo, y no inviertas en grandes tiradas un dinero que no tienes.
Guarda dinero para nuevos experimentos; seguramente lo necesitarás.
Ten valor para aceptar un no del cliente y, si es así o si descubres oportunidades más prometedoras, cambia de modelo, cambia de estrategia, pivota.
Antes de que tu start-up haya demostrado su viabilidad, será difícil recurrir al sistema financiero formal. Deberá nutrirse de tus recursos, los de tus allegados, las subvenciones y ayudas en general que puedas conseguir y, como mucho, de los recursos de algún business angel.
Controla adecuadamente tus finanzas. Ten en cuenta que los procesos de captación de fondos entre inversores suelen requerir meses de negociación.
El proceso inversor requiere habilidades de venta de tu proyecto y de negociación. Entrénate en ellas.
El inversor busca que al salir de la start-up su inversión se haya multiplicado.
Si el inversor no constata que incluyes su rentabilidad entre tus objetivos, va a ser difícil que él ponga su dinero a trabajar por los tuyos.
Actúa con honradez y pon tu esfuerzo en hacer avanzar el proceso inversor. No olvides que el inversor puede optar por otras start-ups en lugar de la tuya.
Los acuerdos a los que llegues tendrán una gran influencia en el futuro de tu start-up. Esfuérzate en conocer los términos más habitualmente incluidos en los acuerdos, y en negociarlos con la vista puesta en el beneficio mutuo.