En Imegen consideran que, antes de salir al mercado a vender algo, hay que tener evidencias de que el mercado existe, o de que va a existir de forma inminente. Es muy arriesgado hacer todo el esfuerzo de desarrollo de producto, preparar un catálogo y salir a vender para luego descubrir que no te compran.
El mundo de la Genética médica se desenvuelve todavía bajo una revolución constante. Continuamente salen al mercado nuevos sistemas de diagnóstico, nuevo conocimiento aplicable. "Hay cierta obsesión por ser el primero en todo". En Imegen son partidarios de esperar a ver si la nueva tecnología funciona, si se vende. Son conscientes de que esto puede dar cierto margen a los competidores, pero ellos conocen a esos competidores, saben de sus capacidades y de a dónde pueden llegar. Imegen confía en sus propias capacidades para mejorar las cosas, para poder ofrecer productos y servicios competitivos. "No pasa nada por ser el segundo", opina Manuel, "lo importante es sacar productos muy sólidos, muy fiables y con una comunicación muy efectiva".
En cualquier caso, la labor de desarrollo de producto es intensa en Imegen, ofreciendo en la actualidad hasta dos mil test diferentes. Esta prudencia no limita no obstante la capacidad de situarse en vanguardia cuando la coyuntura lo aconseja. Así, la compañía compró en 2012 el primer secuenciador NGS, pasando en ese momento a liderar el cambio tecnológico en el diagnóstico genético.